viernes, 12 de junio de 2009

Caudillismos De Argentina

El conflicto entre los unitarios y los federales que se había gestado en los años anteriores estalló en 1820. Los unitarios defendían un gobierno central fuerte que designará a los gobernadores. Los federales, sostenían que el poder nacional solo debía ejercer las atribuciones que las provincias le delegaron.
Pueyrredón renunció al cargo de director supremo y rápidamente se disolvió el gobierno central, como consecuencia del rechazo de las provincias a la constitución unitaria sancionada por el congreso.
Estanislao Lopez y Francisco Ramirez se revelaron contra el directorio. Rondeau dispuso que el ejercito del norte se encargara de reprimir a los insurrectos, pero estas fuerzas también se sublevaron en la posta de Arequit, en el territorio Santafesino. Desde esta insurrección surgieron nuevos caudillos.
A fines de 1819, Bernabé Aráoz había desplazado al gobernador de tucumán y ocupado su lugar, y Martin Miguel De Guemes había extendido a la autoridad al territorio de Jujuy, también cuyo se dividió: Se produjo una sublevación que terminó con la declaración de su autonomía; Salvador María del Carril, fue elegido gobernador de la nueva provincia. Como consecuencia de la separación de San Juan, se produjo un movimiento similar en mendoza, Donde Tomás Godoy Cruz empezó a organizar la provincia. Poco después San Luis proclamó su autonomía.
En esas condiciones la autoridad de Rondeau quedó restringida a Buenos Aires y el director perdió toda su fuerza Militar. En 1820 Lopez y Ramirez derrotaron a Rondeau en la batalla de Cepeda.

Los caudillos exigieron la renuncia del director supremo, la disolución del congreso la había sancionado la constitución de 1819 y la libre elección, por parte del pueblo de Buenos Aires, de un gobernador con quien estarían dispuestos a pactar. En estas condiciones el cabildo de Buenos Aires convocó a un cabildo abierto del que surgió la primera junta de representan tes de Buenos Aires.
La misión principal de Sarratea, era negociar la paz que se formalizó con el tratado de Pilar, entre Buenos Aires, Santa fe y Entre Ríos. En este pacto se acordaba la libre navegación de los Ríos Paraná y Uruguay. Si esto se concretaba y los porteños perdían el monopolio de importación y exportacíon de todas las mercaderías la ciudad perdería importancia.

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